Tema musical: «Meditación 1» Autor: Yann Díez Doizy (con permiso explícito del autor).
“Puedo ver el movimiento que incide en las nubes que se forman, el modo en que dobla las ramas de los álamos y riza la superficie del agua. Las plumas vibrantes del ala del águila que cruza sobre mi cabeza, la trayectoria en espiral de la hoja que cae…. Sin embargo, estos mismos ojos que lo adivinan no lo pueden ver.” David Abram “La magia de los sentidos”
Para muchas culturas indígenas del planeta el aire, el viento y la respiración simbolizan aspectos de un poder singularmente sagrado. Por su presencia penetrante, su absoluta invisibilidad y su influencia manifiesta sobre todos los fenómenos visibles, el aire constituye el arquetipo de lo inefable y no conocible pero indiscutiblemente real.
Mientras lees éste articulo, te invito a que vayas haciendo pequeñas pausas en las que haces tu respiración conscientemente, y te das cuenta de cómo tomas y sueltas el aire.
¡El solo hecho de introducir nuestra conciencia en éste sencillo acto de respirar, cambia la cualidad de nuestra experiencia en el momento presente! Sencillo y maravilloso al mismo tiempo.
El aire invisible que todo lo rodea, el aire invisible a través del cual los objetos aparecen, el aire que transporta los sonidos y las ondas, el aire que una y otra vez penetra nuestros cuerpos en el acto constante de la respiración.
RE-SPIRAR del latín SPIRITUS que significa AIRE, VIENTO, SOPLO, RESPIRACIÓN, ALMA, VIDA.
IN-SPIRAR, simboliza llevar el SPIRITUS hacia el interior. IN-HALAR viene del árabe y simboliza “tomar a Dios”
Uno de los maestros budistas vivos más conocido y amado en todo el mundo, Tich Nhat Hanh, habla siempre con palabras sencillas y hermosas de la respiración, él dice “la respiración consciente es como una lamparilla que encendemos y que nos ayuda a VER, a ver más profundo dentro de nosotros, a ver con amor”.
Como practicante, amante y profesional de la Respiración Consciente, nunca he dejado de sorprenderme al experimentar por mi mismo o verlo en mis clientes la magia que aporta la sencilla práctica de una sesión de respiración.
A través de una respiración continua, suave y profunda, en torno a 60 minutos de respiración, la persona literalmente “se abre”, experimenta un proceso paulatino y nunca igual en donde se producen indistintamente “tomas o aperturas de conciencia”, comprensiones “sentidas” sobre diferentes aspectos de su vida.
La persona viaja a través de “sensaciones emocionales liberadoras”, o «desbloqueos energéticos», o liberación de memorias inconscientes antiguas. Y todo ello en un contexto tranquilo, pacífico, suave, cuidado, acompañado y controlado.
Más allá de las técnicas, nombres y formas concretas de los diversos trabajos con la respiración, está la intención que ponemos al hacerla consciente: abrir una y otra vez un espacio en donde dejamos de proyectar nuestra inconsciencia y reconectamos con nuestra Esencia y nuestra Verdad, algo que invariablemente nos trae siempre, de nuevo, Paz.